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viernes, 30 de agosto de 2013

Invasiones sin justificación


Todo parece indicar que Estados Unidos (EEUU) bombardeará Siria en los próximos días, es lo que los medios y la diplomacia denominan eufemísticamente “intervenir”. Para empezar debemos aclarar que tenemos la humildad de reconocer que, aunque parece indiscutible que hubo una masacre por armas químicas, no sabemos quiénes fueron los responsables. Es por ello que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) envía inspectores a la zona. Ignorado esto podemos presentar algunas deducciones lógicas. La primera de ellas es el principio establecido en el Derecho Romano y utilizado en criminalística de “cui prodest” (¿quién se beneficia?). Desde hace semanas, en la agenda de las potencias occidentales y sus adláteres árabes están las acusaciones contra el gobierno sirio por el uso de armas prohibidas, lo más absurdo que podría hacer ese gobierno sería asesinar un millar de civiles, incluid@s niñ@s, en un barrio que no forma parte del frente y poner en bandeja la justificación de una intervención militar de EEUU o de la OTAN. Es decir, la respuesta de “a quien beneficia” la masacre por agentes químicos es los partidarios de esa intervención militar contra Siria.

Lo siguiente que hemos comprobado es la rápida difusión de la noticia señalando la autoría del gobierno sirio. Tan rápida que el día 21 los medios internacionales estaban informando de una masacre de 650 personas por parte del ejército sirio utilizando como fuente informativa un tuit de la oposición siria. Nada más. No se me ocurre ningún agente social que pueda conseguir ser titular mundial con un tuit.

Inmediatamente, los gobiernos que han mostrado su apoyo a los rebeldes sirios comienzan a exigir la presencia de los inspectores en la zona para confirmar el ataque y determinar sus responsables, y acusan al gobierno sirio de no colaborar. Sin embargo, cuatro días después ese gobierno está autorizando la presencia de los inspectores y dotándoles de escolta para desplazarse a la zona. Cuando se dirigen al terreno, estos inspectores sufren un tiroteo. De nuevo el gobierno es acusado de la responsabilidad de los disparos de francotiradores al convoy. Sería un cosa curiosa que un bando escolte a unos inspectores de la ONU y al mismo tiempo les disparara. A continuación, los mismos que exigían la presencia de inspectores dicen que ya es tarde, que no necesitan a los inspectores. Sin esperar a las conclusiones del equipo de investigadores de Naciones Unidas, el secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, dice que ya tienen la información de inteligencia que demostrará que “no fueron los rebeldes y que el Gobierno sirio fue el responsable" (?).

De nada sirve que el gobierno sirio lo niegue, o que Médicos sin Fronteras afirme que “no puede establecer la autoría del ataque”. La información del gobierno sirio, difundida por la televisión nacional de ese país, asegurando que el ejército allanó el día 24 un depósito de los opositores armados en Jobar, localidad de la periferia de Damasco, en donde halló varios barriles de agentes tóxicos con la inscripción hecho en Arabia Saudita, además de máscaras antigás y pastillas para neutralizar los efectos por la exposición a dichos químicos, sólo fue recogida por Prensa Latina.

El gobierno que más muertes ha provocado en la historia por armas atómicas, Hiroshima y Nagasaki las más relevantes entre muchas más, y por armas químicas (agente naranja en Vietnam, entre tantas otras también) es el que se presenta como protector mundial de los daños por esas armas. El gobierno que inició una guerra de Iraq, que todavía continúa, justificada por unas armas de destrucción masiva que no existían, ahora propone hacer lo mismo por unas armas químicas fundadas en las mismas pruebas. La sensación de déjà vu con la invasión de Iraq es inevitable. Entonces pidieron inspectores y cuando se encontraban en el terreno les obligaron a salir precipitadamente porque comenzaban a bombardear.

Son los mismos gobiernos que se escudaron en una resolución de la ONU para proteger a los libios y terminaron bombardeando el convoy del presidente para que una horda de mercenarios lo linchara y colgara el vídeo en internet. Es la misma OTAN que bombardeó Yugoslavia sin autorización del Consejo de Seguridad argumentando una limpieza étnica que los forenses demostraron falsa y que, una vez más, lo volverá a hacer en Siria sin importarle la legislación internacional. Los mismos países que invadieron Afganistán para liberar a las mujeres de los talibanes y hoy siguen siendo lapidadas y el país aumentando su récord de producción de opio, corrupción y pobreza.

A todas esas personas bienintencionadas que dicen que no podemos permanecer impasibles ante la masacre de cientos de civiles en Siria hemos de explicarles que esos ''libertadores'' que esgrimen el derecho de proteger, la defensa de los derechos humanos y la implantación de la democracia cargan con demasiados antecedentes para que podamos creer en sus buenas intenciones.

Como señala Jean Bricmont (Imperialismo Humanitario. El uso de los Derechos Humanos para vender la guerra, El Viejo Topo, 2008), asistimos a que gran parte del discurso ético de la ''izquierda'' considera la necesidad de exportar la ''democracia'' y los ''derechos humanos'' echando mano de las intervenciones militares del primer mundo, y califican de relativistas morales e indiferentes al sufrimiento ajeno a quienes critican esas injerencias. De forma que es precisamente esa ''izquierda'' la que inventa e interioriza “la ideología de la guerra humanitaria como un mecanismo de legitimación”. Es un error plantear que existen gobiernos ''buenos'', que pueden invadir, y ''malos'', que merecen ser invadidos y derrocados. No olvidemos que si aceptamos esa opción, la invasión legítima, en el fondo, estamos autorizando la del fuerte sobre el débil. ¿Acaso invadirá Brasil, tan ''democrático'' como EEUU, a Iraq para instaurar la democracia? ¿Aceptaríamos que el Líbano bombardeara con carácter preventivo a Israel? Recordemos que ha sido atacado alguna vez por ese país, estaría muy fundado su ataque preventivo.

Olvidan también que el poder siempre se ha presentado como altruista. Decir que se bombardea Yugoslavia para impedir una limpieza étnica, se invade Afganistán para defender los derechos de las mujeres, se ocupa Iraq para llevar la democracia y liberar al país de un dictador o se ataca Siria para derrocar a un tirano no difiere mucho del discurso de la Santa Alianza para enfrentar las ideas de la Ilustración que inspiraron la Revolución Francesa, o del de Hitler que justificó su invasión de los Sudetes checoslovacos para defender a la minoría alemana. Parece que esa ''izquierda'' de fervor internacionalista humanitario olvida que, ya en los tiempos más recientes, el intervencionismo extranjero occidental, que viene a ser lo mismo que decir el estadounidense, es el que apoyó en Indonesia a Suharto frente a Sukarno, a los dictadores guatemaltecos frente a Arbentz, a Somoza frente a los sandinistas, a los generales brasileños contra Goulart, a Pinochet frente a Allende, al apartheid frente a Mandela, al Sha contra Mossadegh y a los golpistas venezolanos contra Chávez. Si de intervenir para proteger y salvar vidas se trata, bastaría con “bombardear” muchos países de África con tetra briks de leche en lugar de bombas de racimo.

No es casual que dichas invasiones sean siempre a países de Medio Oriente, ricos en petróleo y opio, tan codiciados por empresarios multinacionales como por las ''potencias'' occidentalesTampoco es que estemos defendiendo a talibanes, a Sadam, a Gadafi ni a Al Assad. Estar en contra de un bombardeo de la OTAN o una invasión estadounidense no requiere de un pronunciado rechazo expreso a esos regímenes para que no se interprete que se defienden, el asunto que debemos plantearnos es la violación de la legislación internacional por parte de una potencia invasora, y las mentiras en las que se escudan para justificarla

Por una vida digna en el campo


“El paro que se adelanta en Colombia desde el 19 de agosto, citado por diversos sectores relacionados con el agro colombiano, no es solamente el resultado de reivindicaciones específicas y coyunturales, es la expresión de la crisis en la que se ha sumido al campo colombiano y con él a municipios y ciudades, empobrecidos por un modelo de despojo y acaparamiento territorial”. Así empieza un comunicado de prensa emitido el miércoles de esta semana por la organización ecologista CENSAT Agua Viva – Amigos de la Tierra Colombia frente al paro agrario y popular que este jueves cumple 11 días.
En tanto, este jueves las organizaciones campesinas, indígenas, de pescadores, mujeres y asalariados agrícolas que forman parte de La Vía Campesina Internacional, manifestaron “en el marco de los principios que orientan nuestro movimiento a nivel mundial, la solidaridad de clase y el internacionalismo” su apoyo y fuerza a los cerca de 200.000 campesinos, transportadores y mineros, entre otros actores, que se vienen movilizado en Colombia. El texto tiene la firma también de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC – Vía Campesina). (Vea los dos documentos citados adjuntos *).
El parte de prensa de CENSAT Agua Viva agrega: “Actualmente, la concentración de tierras en pocas manos se conjuga con un modelo de corporativización en el que la entrada de las transnacionales se ampara en la reforma e implantación de leyes diseñadas a su favor, y una creciente política de comercio internacional que impone Tratados de Libre Comercio (TLC) y acuerdos bilaterales sin la aprobación de quienes resultan directamente afectados”.
CENSAT Agua Viva explica que cada vez más personas son desplazadas de las áreas rurales para la implementación de megaproyectos minero-energéticos y agroindustriales, lo que acrecienta el empobrecimiento y vulnerabilidad del campo y la ciudad. Paralela y consecuentemente, se descomponen las culturas y relaciones comunitarias de la ruralidad colombiana.
“Como ambientalistas manifestamos nuestro apoyo al campesinado y a sus justas luchas y reivindicaciones”, subraya la organización social colombiana. Sostiene también que entiende la legitimidad del paro y la movilización popular por la urgente necesidad de construir conjuntamente un camino de respeto por la vida y la naturaleza. La organización ecologista considera que el paro agrario y popular es parte de una lucha por un país en el que se valoren los saberes ancestrales y no se criminalice a los campesinos a través de normativas de producción de alimentos que prohíben el uso de semillas criollas, la crianza de gallinas también criollas, la producción y comercialización de la leche y la panela artesanal, entre otras cosas.
Por su parte, el documento firmado por la CLOC y La Vía Campesina Internacional estipula que el paro nacional agrario y popular en Colombia tiene como escenario la negativa del presidente Juan Manuel Santos de establecer un diálogo con los movimientos sociales que permita superar la grave crisis que afronta el campo, principalmente debido a las políticas neoliberales, como la aprobación e implementación de los TLC. Es más, al día de hoy, en vez de diálogo lo que propone el presidente de aquel país es militarizar Bogotá, ya que busca criminalizar la protesta de l@s campesin@s, a través de la excusa de que las FARC están radicalizando el paro y las manifestaciones, lo cual no tiene nada de verdadero. Los propios campesinos lo han dicho en más de una ocasión: ''somos campesinos, no un grupo terrorista''


“Es lamentable que pese a la gran convocatoria y movilización” del paro “el presidente Santos afirme que esta medida de lucha ’no existe’, cuando hay millones de personas en las calles, al menos cuatro muertos, encarcelados, vías cerradas y una gran estructura policial de control”. De hecho, las denuncias de abusos del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía Nacional (ESMAD) sobran en diversas zonas del país. En este sentido, la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria de Colombia (FENSUAGRO) denunció el asesinato el pasado lunes del campesino Juan Camilo Acosta a manos de ese escuadrón. Mientras Acosta participaba de las movilizaciones en la ruta Panamericana, a la altura del municipio de Fusagasugá, departamento de Cundinamarca, fue alcanzado por el disparo de un gas lacrimógeno que se le efectuó desde corta distancia y le impactó en el pecho.
En el llamado a la solidaridad, La Vía Campesina reclama “a los gobiernos amigos” que se manifiesten para que el gobierno colombiano acceda a sentarse a dialogar con una mesa de carácter nacional, en la que confluyan las organizaciones que han convocado al paro nacional agrario y popular. La red campesina internacional exige asimismo al gobierno colombiano la libertad inmediata “de nuestro compañero” Huber Ballesteros, vice presidente de FENSUAGRO apresado el domingo en Bogotá, capital colombiana, “bajo falsas acusaciones”. También reclama la libertad inmediata “para las cerca de 250 personas detenidas y judicializadas por participar en la protesta”, agrega el documento.
La Vía Campesina exige además que no se criminalicen las protestas por una vida digna en el campo, porque es un derecho de los habitantes del medio rural y de los pueblos en general; que se derogue la Ley 90.7 de control técnico a la producción y comercialización de semillas, que favorece a las corporaciones transnacionales y que impide a los campesinos usar sus semillas criollas que han guardado tradicionalmente; que los organismos internacionales defensores de los derechos humanos intervengan y exijan una pronta y real solución a la situación que se presenta en Colombia: y que la comunidad nacional e internacional exija garantías a los participantes y voceros del paro nacional agrario y popular.


Historia construida sobre dolores y sufrimientos

Chaba Siny

La autodeterminación del Sahara Occidental colocado por mujeres saharauis en el Encuentro Internacional feminista de la Marcha Mundial de las Mujeres podría ser el motivo de la próxima acción mundial de este movimiento que continúa en São Paulo
En el marco del 9° Encuentro Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres (MMM), que tiene lugar en São Paulo (Brasil), se organizan diariamente “carpas de la solidaridad” donde mujeres de varios países de Asia, África América Latina presentan las situaciones propias y las de sus compañeras. Se trata de situaciones de guerra, de conflictos, de violencia o de sumisión al capitalismo neoliberal.
Este jueves 29 de agosto, participó de dicha carpa Chaba Siny, de la República Árabe Saharaui Democrática. El pueblo saharaui vive desde hace 37 años bajo la dominación marroquí que decidió imponer su control sobre el territorio de Sahara Occidental después del retiro de Espana, que la mantenía colonizada, en 1975. Es una historia larga, y construida sobre dolores y sufrimientos numerosos, que contó Chaba Siny con oídos bien atentos de las decenas de participantes del Encuentro. Evocó la lucha cotidiana de su pueblo para su independencia y su autodeterminación. Rescató el combate de sus hermanas saharauis que deben resistir la opresión marroquí y soportar condiciones de vida que por ese mismo motivo requieren ayuda humanitaria.
El pueblo saharaui vive en campamentos de refugiados y a pesar de que lograron organizar una vida cotidiana, con sus ministerios, su sociedad civil, sus viviendas, todavía necesitan la solidaridad internacional que Chaba reconoció y agradeció. Pero aclaró que su pueblo no puede seguir bajo ayuda humanitaria para siempre. Argelia por ejemplo le otorgó una parte del Sur de su territorio. Chaba saludó especialmente la solidaridad de países como Venezuela, Cuba, Panamá y Uruguay quienes reconocen a la República Árabe Saharaui Democrática y acogen a estudiantes saharauis. Rescató la necesidad para los saharauis de tener derechos y tierra. “El que no tiene tierra, no tiene nada!”, declaró Chaba.

Por el derecho al referéndum de autodeterminación

Por ello vino a São Paulo esta semana, para compartir con otras mujeres del mundo la situación de las compañeras de su tierra, quienes son un estado sin territorio, como otros varios a nivel mundial como los kurdos, los gitanos e inclusive los palestinos, asediados por Israel.
Las saharauis viven bajo actos cotidianos de tortura, de violencia y de presiones por parte del estado marroquí y sus aliados. Tienen dificultades de acceso al agua, a la energía eléctrica y también problemas de salud en un entorno muy árido en el desierto. A veces, en verano, donde la temperatura puede llegar hasta los 50 ºC, el oxígeno se vuelve escaso.
“Somos mujeres del mundo, nuestra causa está en los manos de todo el mundo por la igualdad”, repitió Chaba. Si bien Naciones Unidas mantiene la Misión para el Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO), Marruecos sigue presionando y reprimiendo a su pueblo, con el apoyo de, entre otros, Francia que puso su veto para bloquear toda sanción internacional a Casablanca.
El principal objetivo de la lucha del pueblo saharaui es obtener el derecho a un referéndum de autodeterminación. Chaba repitió que esperaban mucho de sus hermanas presentes aquí en São Paulo. Así, al final de su intervención, una compañera de República Democrática de Congo (RDC) se levantó para proponer que la próxima Acción Internacional de la MMM, que se organizará en 2015, tenga lugar ahí, en Sahara Occidental. La feminista saharaui tomó en consideración esta propuesta y precisó que su deseo seria lograrlo en un “Sahara Occidental libre”.

En Guatemala también asesinan a l@s niñ@s


David Eduardo Pacay Maas y Hageo Isaac Guitz, dos niños Maya Q’eqchies de 11 y 13 años respectivamente, de la comunidad Monte Olivo, en el municipio de Cobán, departamento de Alta Verapaz murieron por heridas de bala provocadas por un sicario que, “contratado” por la empresa Hidro Santa Rita SA, se disponía a eliminar a uno de los líderes comunitarios que ha encabezado la resistencia a dicho proyecto, David Chen.
En lo que refiere a la impunidad con que cuentan las formaciones de sicariato y paramilitares a la hora de cobrarse vidas de inocentes puede establecerse un puente de continuidad entre el régimen de los generales Efraín Ríos Montt en la década de los '80 del siglo pasado y de Otto Pérez Molina hoy en Guatemala, donde el hecho de que este último haya pasado por una elección resulta apenas un dato accesorio. Así lo demuestra la historia guatemalteca de los tres últimos años, que este pasado fin de semana sumó un capítulo que en otras circunstancias podría considerarse límite, aunque la realidad de ese país centroamericano parece haber olvidado esas fronteras hace tiempo.

Los hechos


David murió en el acto el viernes 23 de agosto, mientras que Hageo no logró superar la gravedad de las heridas infligidas, falleciendo en el hospital el día 26 del mismo mes. Así lo relató Carmelina Chocooj en diálogo con un medio comunitario en momentos en que se encontraba de regreso de la comunidad Monte Olivo transportando los cuerpos de ambas víctimas. Carmelina es Maya Q’eqchi e integrante de la delegación solidaria con las familias víctimas. El pasado miércoles 28 la comunidad entera, en especial las niñas y niños, acompañaron el cortejo de ambas víctimas, inmersos en gran consternación. 

Hidro Santa Rita SA cuenta con un largo prontuario de crímenes e ilegalidades, que incluyen a fuerzas parapoliciales, funcionarios estatales y organizaciones no gubernamentales funcionales a la empresa. Su construcción que implica la destrucción del Río Dolores y la cuenca baja del Río Chixoy, amenaza a 23 comunidades maya-parlantes, que son unas 10 mil familias completando aproximadamente unas 200 mil personas, relató Carmelina.
Desde 2010, las comunidades han manifestado y documentado su rechazo al proyecto amparándose a regulación internacional sobre la consulta previa, libre e informada para este tipo de megaproyectos. La empresa, amparada por el gobierno guatemalteco y el sistema judicial, ha seguido adelante, según señala un documento de relato histórico del proyecto elaborado por las organizaciones que respaldan el proceso de resistencia.
Encuentro REDLAR y nuevas detenciones
El asesinato de estos dos niños, sobre el cual aún no existe ni una persona detenida, se da en momentos en que dos miembros de la comunidad de Santa Cruz Barillas (también en resistencia contra la hidroeléctrica Hidro Santa Cruz) y que cumplieran nueve meses de prisión el pasado año sin que pudiese probarse su culpabilidad, fueron detenidos y trasladados a la prisión de Santa Eulalia, en Huehuetenango. Se trata de Antonio Rogelio Velásquez y Saúl Aurelio Méndez, cuya vida y libertad corren serios riesgos a estas horas. Significativamente, en octubre próximo está prevista la realización en la zona del Petén el Encuentro Internacional de la Red Latinoamericana en Defensa de los Ríos y contra Represas (REDLAR).

miércoles, 21 de agosto de 2013

El camuflaje a la consulta previa de los pueblos originarios


En la historia política han ocurrido eventos paradójicos, además de contradictorios, como manifestando que nadie controla lo que desata. En Bolivia, estos sucesos políticos forman parte de la memoria popular, sobre todo cuando se trata de caricaturizar a los llamados políticos, incluyendo a los gobiernos. Empero, en el gobierno, autodenominado “gobierno de los movimientos sociales”, incluso indígena y popular, las paradojas más insólitas se han dado. La reciente extraña paradoja es la forma como el ''gobierno popular'' hace desaparecer la consulta a los pueblos indígenas. Lo sobresaliente es que esta desaparición se efectúa, nada más ni nada menos, que en el Anteproyecto de Ley de Consulta Previa, libre e informada. Esta es una verdadera destreza de magia, de prestidigitación. ¿Cómo lo hace?

El método es diluir, disolver, a los pueblos indígenas, identificados claramente en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y en la Constitución, en un conjunto de clasificaciones, como campesinos, interculturales, que son los colonizadores de los trópicos, y afro-bolivianos. De esta manera, los campesinos y los colonizadores acceden a la misma condición de consulta que la que corresponde como derecho a los pueblos indígenas originarios. De esta forma, la consulta con consentimiento, previa, libre e informada a los pueblos indígenas se convierte en una consulta pública, perdiendo las características, la estructura conceptual y normativa que eran de su atribución y competencia. Este procedimiento no es otra cosa que un evidente desconocimiento de los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, desconocimiento de sus características, condiciones y cualidades propias, históricas y culturales. Al hacer esto los diseñadores del proyecto no dicen otra cosa que: los pueblos indígenas son parte del pueblo boliviano y tienen los mismos derechos, no se distinguen, no se diferencian. Esta es una clara posición nacionalista, una lógica de Estado, una razón de Estado, una posición esencial del Estado-nación. Por lo tanto, este es un claro y evidente desconocimiento de la condición del Estado plurinacional.

El Convenio 169, la Declaración de NNUU y la Constitución establecen derechos colectivos de los pueblos indígenas, de las comunidades ancestrales. No se refieren a campesinos, tampoco a colonizadores, a migrantes climáticos, hoy autonombrados como interculturales. Campesinos y colonizadores gozan de otros derechos establecidos de acuerdo a su condición de propietarios privados, de unidades familiares, de formas de organización social y representativas modernas, fuertemente articulados al mercado, ya sea como vendedores o consumidores. No se puede aproximar la condición histórica de campesinos y colonizadores, aunque hablen lengua nativa y recuerden pautas culturales combinadas, donde reaparece como rasgo lo ancestral, a la condición histórica, social, cultural y territorial de los pueblos originarios. Esta actitud nacionalista no es otra cosa que la subordinación y la subsunción de los pueblos indígenas a la generalidad representativa de pueblo o de nación, en este caso, boliviana. Esta subsunción de los pueblos indígenas a la nación, por lo tanto al Estado-nación, es pues parte de la continuidad del etnocidio colonial en tiempos de Evo Morales Ayma, que paradojicamente es indígena.

Queda claro que el gobierno no quiere reconocer los derechos de las naciones y pueblos indígenas constitucionalizados. Quiere presentar las cosas, de tal manera, que quede patente y se haga operativo, que no hay derechos especiales, derechos colectivos indígenas. Los que hay, para la mentalidad gubernamental, son derechos de indígenas, campesinos, colonizadores y afro-bolivianos, como parte de los derechos del pueblo boliviano. Aunque en el anteproyecto se escriba “derechos colectivos”, al dilatar el sujeto de estos derechos, los derechos colectivos, que no pueden ser sino diferenciales, desaparecen. Ahora bien, ¿por qué hace esto el gobierno? ¿Por qué es nacionalista? ¿Por qué defiende su Estado-nación ante el fantasma del Estado plurinacional comunitario y autonómico, que a su entender es disgregador? Todo esto puede ser; sin embargo, hay también razones prácticas. Lo dice claramente el anteproyecto, se trata de consensuar “interculturalmente” perspectivas de desarrollo. Este es el tema de fondo, el ''desarrollo''.

El gobierno considera un obstáculo los territorios indígenas para el desarrollo. Así como no acepta su autonomía, su autogobierno y su libre determinación. Ya lo ha dicho, el ejército puede entrar donde se le antoje, pues es el ejército y la armada del Estado boliviano. Los voceros del gobierno, entre ellos su ideólogo connotado, dicen que el pueblo, todo pueblo, incluyendo a los pueblos indígenas, tienen derecho al ''desarrollo'', incluso el Estado puede imponerles el ''desarrollo'' contra su voluntad. Este es el criterio. Es decir, la concepción es la siguiente: hay una historia, lineal, por cierto, una ''evolución'' que empuja la historia; lo que quiere decir que la tarea de todos es el ''desarrollo''. ''Desarrollo'' de las fuerzas productivas; ''crecimiento económico'' que se convierte en ''desarrollo'', por acumulación cuantitativa, que da un salto, en cierto momento, cualitativo. El ''desarrollo'' es modernidad, con todos el ''bien estar'' que conlleva. Ante este requerimiento, los nacionalistas no saben hacer otra cosa que entregar nuevamente los recursos naturales, en condición de materias primas, a la vorágine del capitalismo, entregándolas a las empresas trasnacionales extractivistas, aunque lo hagan en mejores condiciones que los neo-liberales.

Entonces el ''desarrollo'', en el imaginario nacionalista, en las sociedades periféricas, se logra ensanchando el modelo extractivista, para obtener más ingresos e invertir productivamente; también, si se puede, invertir socialmente, mejorando las condiciones de vida de la población. Se puede decir que nacionalistas, socialistas, liberales y neoliberales comparten la misma episteme histórica, cuyo sustrato económico es el ''desarrollo''. Por eso, de la misma manera que los colonizadores, pretenden “civilizar” a los pueblos indígenas, para encaminarlos en la ruta del ''desarrollo''.

En esta concepción modernista y desarrollista, que podría ser industrialista; empero, en Bolivia, como en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, es extractivista, no puede reconocer derechos colectivos de los pueblos indígenas, aunque estén ratificados en los convenios internacionales y en la Constitución. Se entiende pues el problema del gobierno, de su solitario ideólogo, y de los abogados encargados de adecuar leyes a los requerimientos del Estado-nación vigente. El problema es la Constitución. ¿Qué hacer con ella? No se la puede desconocer abiertamente, pues esto acarrearía malestar, además de demostrar patentemente sus profundas contradicciones. Lo que muestra que los gobernantes nunca tuvieron consciencia de los alcances de la Constitución. Para ellos es parte de los discursos con los que se ungió un gobierno, que de todas maneras, a pesar de haber sido encumbrado por las elecciones, sale de las luchas sociales y de la movilización prolongada. Entonces para los gobernantes, la Constitución es parte de las veleidades de un pueblo insurrecto; empero, tienen que calmarse, adquirir su ajuste realista, adecuándose a lo que se puede hacer.

Este “pragmatismo”, sin embargo, no resuelve las contradicciones, menos cuando se hacen evidentes y adquieren el dramatismo patético de lo insostenible, por lo menos racionalmente. El Anteproyecto de Ley de Consulta es contradictorio, inconstitucional, violatorio de derechos colectivos de los pueblos indígenas, vulnerador de la consulta con consentimiento, previa, libre e informada. ¿Cómo presentar este texto contradictorio? Se recurre a la utilización prebendal de la dirigencia cooptada y corrompida; se desacredita a los genuinos dirigentes representativos de las organizaciones indígenas. Se hace un montaje de participación en la elaboración del anteproyecto, que será ratificado en la reunión de la Casa Campestre, en Cochabamba. Una vez hecho esto, como se ha hecho con las otras leyes inconstitucionales y violatorias, se acudirá a una desproporcionada propaganda y publicidad, pretendiendo ensordecer la racionalidad, apabullando a la crítica, para terminar legitimar el oprobio a los pueblos indígenas. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos burocráticos y comunicativos, el problema no se resuelve. Pues no pueden con la resistencia de las comunidades indígenas. Este es el espesor que no pueden dominar.

La política, en el sentido que le da la clase política, no es literatura ni arte; no puede crear otra realidad donde se muevan sus tramas libremente. A diferencia de la estética y la literatura, la política no escapa de la llamada “realidad” pedestre. Por eso sus montajes no logran las largas duraciones de las tramas literarias o del arte. Los montajes políticos se descubren rápido; fallas en el montaje apresuran el desencanto. En el anteproyecto se encuentran artículos que suspenden el derecho a la consulta. Se dice que no son objeto de consulta las medidas legislativas y administrativas relacionadas a la defensa y seguridad del Estado. Las medidas legislativas y administrativas para la atención de catástrofes o desastres naturales, atención de epidemias o emergencias sanitarias. Las medidas legislativas o administrativas destinadas a garantizar la seguridad ciudadana o el control de ilícitos. Las medidas administrativas destinadas a garantizar el acceso a las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos, comunidades interculturales y pueblo afro-boliviano al agua potable, el saneamiento básico, vivienda, electrificación rural, educación y salud, planificados o diseñados participativamente en el marco de sus instituciones y procedimientos propios. Impuestos y presupuestos. Las decisiones derivadas de la jurisdicción constitucional, ordinaria y agroambiental. Las medidas legislativas o administrativas que pretendan vulnerar los derechos humanos de los miembros de las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos, comunidades interculturales y pueblo boliviano reconocidos en la Constitución Política del Estado, no podrán buscar su implementación a través de procesos de consulta ni de regulación alguna, inclusive si se argumenta la aplicación de normas y procedimientos propios. En qué queda la consulta previa entonces? En absolutamente nada!

En el anterior anteproyecto de ley de consulta presentado por el Ministerio de Gobierno, la propuesta era más descarada, se decía directamente que no era objeto de consulta lo que es de carácter estratégico para el Estado, refiriéndose a las actividades extractivistas. Esta intención abierta y descomedida de sacar de la consulta la exploración y explotación minera e hidrocarburífera, que pecaba por su desmesura, fue matizada en la versión, supuestamente consensuada con las organizaciones. Ahora se tiene en el artículo 29, que titula Consulta en áreas extractivas, el siguiente tenor:

''I. Por el carácter estratégico y de interés público para el desarrollo nacional se garantiza la ejecución y continuidad de las actividades extractivas, en este marco los procesos de consulta se realizaran respetando los derechos colectivos de las naciones y pueblos indígenas originarios campesinas, comunidades interculturales y pueblo afro-boliviano.

II. La normativa sectorial correspondiente, establecerá los procedimientos específicos para los procesos de consulta previa, libre e informada a las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos, a las comunidades interculturales y pueblo afro-boliviano, en el marco de la presente Ley y los instrumentos internacionales.

III. La consulta libre, previa e informada en actividades extractivas se realizará sobre los planes, proyectos, actividades u obra de la cadena productiva que sean susceptibles de afectar los derechos colectivos de las naciones y pueblos indígenas originarios campesinas, comunidades interculturales y pueblo afro-boliviano''.

En relación a estos dos artículos, el 10 y el 29, hay que hacer algunas anotaciones. Como se dice en el anterior Anteproyecto de Ley de Consulta, el sentido es estatalista, se dice que el Estado tiene la responsabilidad de llevar el ''desarrollo'', al que tienen derecho, las comunidades indígenas. Se trata de imponer el ''desarrollo''. Sorprende que, en el mismo texto del anteproyecto presentado en Cochabamba, que se propone el dialogo intercultural para concertar perspectivas de desarrollo, se escriba que el Estado prácticamente impone su perspectiva de ''desarrollo'', que es la del ''bien estar'', pero capitalista. Fuera de ser ésta una contradicción, en el mismo texto, lo que muestra es el sentido mismo del dispositivo legal que quiere aprobar el gobierno. Se trata de un dispositivo de desmantelamiento y desterritorialización de los pueblos indígenas. Llama la atención el curso efectivo de desmontaje de la Constitución que ha tomado el gobierno. Ante una Constitución exigente, que plantea la muerte del Estado-nación y la construcción del Estado plurinacional comunitario y autonómico, el gobierno ha optado por el camino del desmontaje de la Constitución. Todas las leyes aprobadas son eso, piezas de desmontaje, de desarme, de la Constitución. La aplicación gubernamental de la Constitución es precisamente el desarme y desmontaje de la misma Constitución.

El artículo 29 es claro, por el carácter estratégico y de interés público para el ''desarrollo'' nacional se garantiza la ejecución y continuidad de las actividades extractivas. El gobierno es la ejecución práctica del modelo extractivista y del Estado rentista. Las actividades extractivistas tienen que estar garantizadas, pese a quien pese, así se tenga que aplastar a los pueblos indígenas. La consulta con consentimiento previa libre e informada, es un incordio; empero, como no se puede sacarla de sopetón, lo mejor es camuflar esta práctica heredada de etnocidio presentando una simulación de consulta, por más grotesca que sea, por más que haya desaparecido la consulta a los pueblos indígenas, convertida en consulta pública. El meollo de la cuestión está aquí, está en la ley minera y en la ley de hidrocarburos del gobierno. El extractivismo es el único horizonte, el único destino, que ve el gobierno; no hay otro, su concepción desarrollista, su idea de historia lineal y evolutiva, además de su práctica rentista, que los arrastra indefectiblemente al prebendalismo, clientelismo y corrupción desmedidas, dibuja un cuadro dramático repetitivo: el eterno retorno del circulo vicioso de la dependencia.

Estos dispositivos legales que desmontan la Constitución, que desmantelan los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, efectivamente terminan defendiendo los derechos privados de las empresas trasnacionales extractivistas. Lo que se defiende en la práctica son los derechos privados de las empresas, así como también el derecho público. Lo que se desconoce son los derechos colectivos, los derechos del acceso a lo común, que se opone a lo público y lo privado. Estos pasos que da el gobierno corresponden a la aniquilación de la oportunidad de construir el Estado plurinacional comunitario y autonómico, como se ha cacareado en infinidad de oportunidades por Evo Morales y compañía.

Desastre mundial: la Tercera Era del Carbono


En todo lo referente a la energía y la economía en la era del cambio climático, nada es lo que parece. La mayoría de nosotros creemos (o queremos creer) que la segunda era del carbono, la Era del Petróleo, será pronto reemplazada por la Era de las Renovables, al igual que el petróleo lleva sustituyendo desde hace mucho tiempo la Era del Carbono. El presidente estadounidense Barack Obama ofreció exactamente esta visión en un muy alabado discurso sobre el cambio climático el pasado mes de junio. ''Es verdad, necesitaremos de los combustibles fósiles un poco más'', señalaba, ''pero muy pronto serán superados por energías renovables''Muchos otros ''expertos'' comparten este punto de vista, que nos asegura que la creciente dependencia del gas natural “limpio” combinado con ampliadas inversiones en energía solar y eólica, permitirá una transición suave hacia un futuro de ''energía verde'' en el que la humanidad ya no arrojará dióxido de carbono y otros gases invernaderos a la atmósfera. Todo esto suena en efecto prometedor, solo hay un ''pequeño'' inconveniente: que no es, de hecho, el camino por el que avanzamos. La industria de la energía no está invirtiendo de forma significativa en energías renovables. En cambio, está dedicando sus beneficios históricos a nuevos proyectos de combustibles fósiles que implican ante todo la explotación de las denominadas reservas “no convencionales” de gas y petróleoEl resultado es indiscutible: la humanidad no está entrando en un período que estará dominado por las energías renovables, sino que está iniciando la tercera gran era del carbono: la Era del Petróleo y Gas No Convencionales.

Que nos estamos embarcando en una nueva era del carbono es cada vez más evidente y debería perturbarnos a todos. En cada vez más regiones de EEUU, y en un creciente número de otros países, se está utilizando la fracturación hidráulica (uso de columnas de agua a alta presión para desmenuzar las formaciones subterráneas de esquisto y liberar las reservas de petróleo y gas natural atrapadas en su interior). Mientras tanto, en Canadá, Venezuela y otros lugares se está acelerando la explotación de petróleos pesados a partir de carbón sucio y de las formaciones de arenas bituminosas. 

Es cierto que cada vez se construyen más variedades de parques eólicos y solares, pero aunque parezca mentira se espera que en las próximas décadas la inversión en extracción y distribución de combustibles fósiles no convencionales supere, y mucho, al gasto en renovables, al menos en una ratio de tres a unoSegún la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), una organización intergubernamental dedicada a la investigación que tiene su sede en París, la inversión acumulada en el mundo en extracción y procesamiento de nuevos combustibles fósiles alcanzará un total de alrededor de 22.870 billones de dólares entre 2012 y 2035, mientras que la inversión en renovables, energía hidráulica y energía nuclear supondrá una cifra de unos 7.320 billones de dólares. Para esos años, se espera que solo las inversiones en petróleo, estimadas en 10.320 billones de dólares, superen el gasto dedicado a la energía eólica, solar, geotérmica, biocombustibles, hidráulica, nuclear y cualquier otra forma de energía renovable combinadas.

Además, como explica la IEA, una parte cada vez mayor de esa asombrosa inversión en combustibles fósiles se dedicará a formas no convencionales de petróleo y gas: arenas bituminosas canadienses, crudo extrapesado venezolano, petróleo y gas de esquistos bituminosos, depósitos energéticos situados en el Ártico y en las profundidades oceánicas, y otros hidrocarburos derivados de reservas energéticas anteriormente inaccesibles. La explicación de lo anterior es bastante simple: los suministros mundiales de petróleo y gas convencional (combustibles derivados de reservas de fácil acceso que requieren de un procesamiento mínimo) están desapareciendo rápidamente. Como se espera que la demanda mundial de combustibles fósiles aumente en un 26% de aquí a 2035, los combustibles no convencionales tendrán que proporcionar una gran parte de la energía mundial.

En un mundo así, una cosa es segura: las emisiones globales de carbono se dispararán más allá de nuestras más desfavorables previsiones, lo que significa que las intensas oleadas de calor serán habituales y que las escasas zonas vírgenes que nos quedan quedarán aniquiladas. El planeta Tierra será un lugar mucho más duro y abrasador, posiblemente a niveles inimaginables. Desde esta perspectiva, merece la pena explorar con más profundidad cómo es que hemos acabado en este atolladero, en otra era del carbono.

La primera era del carbono

La primera era del carbono empezó a finales del siglo XVIII, con la introducción de la máquina de vapor alimentada con carbón y su aplicación generalizada a toda clase de empresas industriales. El carbón, inicialmente utilizado para las fábricas textiles y las plantas industriales, se empleó también para el transporte (barcos y ferrocarriles de vapor), la minería y la producción de hierro a gran escala. En efecto, lo que llamamos ahora Revolución Industrial se vio en gran medida posibilitada por la creciente aplicación del carbón y la máquina de vapor a las actividades productivas. Finalmente, el carbón se utilizaría para generar también electricidad, un campo en el que sigue siendo dominante en la actualidad.

Esa fue la época en la que enormes ejércitos de infortunados trabajadores construyeron los ferrocarriles continentales y enormes fábricas textiles mientras proliferaban y crecían las grandes ciudades industriales. Fue la era, sobre todo, de la expansión del Imperio Británico. Durante un tiempo, Gran Bretaña fue el mayor productor y consumidor de carbón, el principal fabricante del mundo, su primer innovador industrial y la potencia dominante, y todos esos atributos estaban inextricablemente conectados. A través del dominio de la tecnología del carbón, esta pequeña isla frente a las costas de Europa pudo acumular inmensas riquezas, desarrollar el armamento más avanzado del mundo y controlar las rutas marítimas del planeta.

La misma tecnología del carbón que dio a los británicos esas ventajas globales también provocó a su paso una miseria inmensa. Como señalaba el analista de la energía Paul Roberts en su obra The End of Oil , el carbón que se consumía entonces en Inglaterra era de la variedad lignito pardo “plagado de azufre y otras impurezas”. Cuando se quemaba, “producía un humo acre y asfixiante que hacía que escocieran los ojos y los pulmones y ennegrecía paredes y ropas”. A finales del siglo XIX, el aire de Londres y de otras ciudades alimentadas con carbón estaba tan contaminado que “los árboles se morían, las fachadas de mármol se deshacían y las enfermedades respiratorias se hacían epidémicas”.

Para Gran Bretaña y otras primeras ''potencias'' industriales, la sustitución del carbón por el petróleo y el gas fue una ''bendición'' que permitió mejorar la calidad del aire, restaurar las ciudades y reducir las enfermedades respiratorias. Desde luego, la Era del Carbón no ha terminado en muchas partes del mundo. En China y en la India, entre otros lugares, el carbón sigue siendo la principal fuente de energía, condenando a sus ciudades y poblaciones a una versión siglo XXI del Londres y Manchester del siglo XIX.

La segunda era del carbono

La Era del Petróleo empezó en 1859 con la producción comercial iniciada en el oeste de Pensilvania, pero solo despegó tras la II Guerra Mundial con el explosivo crecimiento de la propiedad del automóvil. Antes de 1940, el petróleo jugaba un papel importante en la iluminación y lubricación, entre otras aplicaciones, pero seguía estando subordinado al carbón; después de la guerra, el petróleo se convirtió en la principal fuente de energía del mundo. De 10 millones de barriles al día en 1950, el consumo global se disparó a 77 millones en 2000, una bacanal de medio siglo quemando combustibles fósiles.

Un elemento fundamental en el predominio mundial del petróleo era su estrecha asociación con el motor de combustión interna (MCI). Debido a la superior portabilidad del petróleo y a su intensidad energética, es decir, la cantidad de energía que libera por unidad de volumen, lo convierte en el combustible ideal para MCI versátiles. Al igual que el carbón alcanzó su importancia al alimentar los motores de vapor, lo mismo sucedió con el petróleo al alimentar las crecientes flotas de coches, camiones, aviones, trenes y buques del mundo. Actualmente, el petróleo proporciona el 97% de toda la energía utilizada en el transporte mundial.

La prominencia del petróleo se aseguró también por su creciente utilización en la agricultura y en la guerra. En un período relativamente corto de tiempo, los tractores alimentados con petróleo y otras maquinarias agrícolas sustituyeron a los animales como fuente energética fundamental en las granjas de todo el mundo. Una transición parecida se produjo en el moderno campo de batalla , con tanques y aviones accionados con petróleo sustituyendo a la caballería como principal fuente de potencia ofensiva.

Esos fueron los años de la propiedad masiva de automóviles, autopistas continentales, suburbios interminables, centros comerciales gigantes, vuelos baratos, agricultura mecanizada, fibras artificiales y, por encima de todo, de la expansión global del poder estadounidense. Como EEUU poseía reservas inmensas de petróleo, fue el primero en dominar la tecnología de la extracción y refinamiento del mineral y el que más éxito tuvo a la hora de utilizarlo en el transporte, la industria manufacturera, la agricultura y la guerra, destacando como el país ''más rico'' y ''más poderoso'' del siglo XXI, una saga contada con gran deleite por el historiador energético Daniel Yergin en The Prize. ''Gracias'' a la tecnología del petróleo, EEUU pudo acumular niveles asombrosos de riquezas, desplegar ejércitos y bases militares por todos los continentes y controlar las rutas marítimas y aéreas del mundo, extendiendo su poder a cada rincón del planeta.

Sin embargo, al igual que Gran Bretaña experimentó las consecuencias negativas de su excesiva dependencia del carbón, igualmente EEUU, y el resto del mundo, ha sufrido ya de diversas formas su dependencia del petróleo. Para garantizar la seguridad de sus fuentes de suministro en el exterior, Washington ha establecido tortuosas relaciones con proveedores extranjeros de petróleo y ha combatido varias costosas y debilitantes guerras en la región del Golfo Pérsico, una sórdida historia de la cual nos podemos informar tod@s. 

La exagerada dependencia de los vehículos de motor para el transporte personal y comercial ha dejado el país norteamericano mal equipado para lidiar con las periódicas interrupciones de suministros y los repuntes en los precios. Pero, sobre todo, el inmenso incremento del consumo de petróleo, allí y en todas partes, ha producido el correspondiente aumento de las emisiones de dióxido de carbono, acelerando el calentamiento planetario (un proceso que empezó durante la primera era del carbón) y exponiendo al planeta tierra a los cada vez más devastadores efectos del cambio climático.

La Edad del Petróleo y Gas No Convencionales

El crecimiento explosivo de la automoción y los viajes en avión, la suburbanización de partes importantes del planeta, la mecanización de la agricultura y la guerra, la supremacía global de EEUU y el comienzo del cambio climático: estos han sido los distintivos de la explotación del petróleo convencional. En el momento presente, la mayor parte del petróleo del mundo se produce aún en unos pocos cientos de gigantescos campos petrolíferos en Irán, Iraq, Kuwait, Rusia, Arabia Saudí, los EAU, EEUU y Venezuela, entre otros países; algún petróleo más se obtiene aún en campos alejados de la costa en el Mar del Norte, el Golfo de Guinea y el Golfo de México. Este petróleo sale del suelo en forma líquida y necesita relativamente de escaso procesamiento antes de refinarlo para convertirlo en combustibles comerciales.

Pero ese petróleo convencional está desapareciendo. Según la IEA, los principales campos que actualmente proporcionan la parte del león del petróleo mundial perderán las dos terceras partes de su producción en los próximos veinticinco años, con un resultado neto que se hunde desde 68 millones de barriles al día en 2009 a solo 26 millones de barriles en 2035. La IEA nos asegura que el nuevo petróleo que se encuentre sustituirá esa pérdida de suministros, pero que la mayor parte provendrá de fuentes no convencionales. En las próximas décadas, los petróleos no convencionales representarán una porción creciente de las existencias de petróleo mundial, convirtiéndose finalmente en nuestra principal fuente de suministros.

Lo mismo sucede con el gas natural, la segunda fuente más importante de energía del mundo. La oferta global de gas convencional, al igual que la de petróleo convencional, está reduciéndose y cada vez dependemos más de fuentes no convencionales de energía, especialmente de la proveniente del Ártico, los profundos océanos y las rocas de esquisto, obtenidos mediante la fracturación hidráulica.

En cierto modo, los hidrocarburos no convencionales son casi lo mismo que los combustibles convencionales: ambos están en gran medida compuestos de hidrógeno y carbono, y al quemarse producen gran calor y energía. Pero, a la larga, las diferencias entre ellos supondrán para nosotros diferencias cada vez mayores. Los combustibles no convencionales, especialmente los petróleos pesados y las arenas bituminosas,  tienden a tener una proporción más alta de carbono e hidrógeno que el petróleo convencional, y por eso liberan más dióxido de carbono cuando se queman. El petróleo del Ártico y de las profundidades del mar necesita mayor energía para su extracción y, en consecuencia, provoca emisiones de carbono más altas en su propia producción“Muchas de las nuevas variedades de combustibles derivados del petróleo no se parecen en absoluto al petróleo convencional”, escribió en 2012 Deborah Gordon, especialista en el tema en el Carnegie Endowment for International Peace. “Los petróleos no convencionales tienen a ser pesados, complejos, cargados de carbono y están encerrados en lo más profundo de la tierra, estrechamente atrapados o unidos a la arena, el alquitrán y las rocas”.

Con mucho, la consecuencia más preocupante de la naturaleza distintiva de los combustibles no convencionales es su extremado impacto en el medio ambiente. Como a menudo se caracterizan por ratios más altos de carbono y de hidrógeno, y por lo general necesitan mucha más energía para poder extraerlos y convertirlos en materiales utilizables, producen más emisiones de dióxido de carbono por unidad de energía liberada. Además, muchos científicos creen que el proceso que produce gas de esquisto, saludado como combustible fósil “limpio”, causa amplias liberaciones de metano, un gas invernadero especialmente potenteTodo esto significa que mientras siga creciendo el consumo de combustibles fósiles, se estarán arrojando a la atmósfera grandes cantidades de C02 y metano que, en vez de reducir, acelerarán el calentamiento global.

Y hay otro problema asociado con la tercera era del carbono: la producción de petróleo y gas no convencional requiere de inmensas cantidades de agua para las operaciones de fracturación, a fin de extraer las arenas bituminosas y los petróleos muy pesados y para facilitar el transporte y refinamiento de esos combustibles. Esto provoca una creciente amenaza de contaminación del agua, especialmente en las zonas de producción con intensas fracturaciones y arenas bituminosas, además de una alta competitividad y lucha por el acceso a los suministros de agua entre perforadores, campesinos, autoridades municipales y otros. Cuando el cambio climático se intensifique, la sequía será la norma en muchas áreas y, por ello, la competición cada vez más feroz.

Junto con estos y otros impactos medioambientales, la transición de los combustibles convencionales a los no convencionales tendrá consecuencias económicas y geopolíticas difíciles de valorar en este momento. Para empezar, la explotación de las reservas de petróleo y gas no convencionales en regiones anteriormente inaccesibles implica la introducción de tecnologías productivas de última generación, incluyendo las perforaciones en el Ártico y en mares profundos, la fracturación hidráulica (hydro-fracking) y el tratamiento de arenas bituminosas. Una de las consecuencias es que alterará la industria global energética al hacer aparecer compañías ''innovadoras'' que posean las tecnologías, el dinero y el apoyo de gobiernos y organismos internacionales cómplices, para explotar los nuevos recursos no convencionales a costa de los pueblos del mundo; al igual que sucedió durante los primeros años de la era del petróleo cuando surgieron nuevas compañías para explotar las reservas petrolíferas del mundo. 

Esto ha quedado muy evidenciado en el desarrollo del gas y esquisto bituminoso. En muchos casos, firmas más pequeñas como Cabot Oil and Gas, Devon Energy Corporation, Mitchell Energy y Development Corporation, concibieron y desarrollaron rompedoras tecnologías. Estas y otras compañías similares fueron pioneras en el uso de la fracturación hidráulica para extraer petróleo y gas de formaciones de esquisto en Arkansas, Dakota del Norte, Pensilvania y Texas, desatando después una estampida de las compañías energéticas más grandes para hacerse también con su propio trozo del pastel en esas zonas. Para aumentar su participación, las firmas gigantes están devorando a las de tamaño pequeño y mediano. Entre las absorciones más destacadas tenemos la compra por ExxonMovil (propiedad de la familia Rockefeller) en 2009 de XTO por 41.000 millones de dólaresEsas transacciones ponen de manifiesto un rasgo especialmente preocupante de esta nueva era: el despliegue de fondos masivos por parte de las grandes de la energía y sus patrocinadores financieros para adquirir participaciones en la producción de formas no convencionales de petróleo y gas, con sumas que exceden enormemente las de inversiones comparables, tanto en el campo de los hidrocarburos como en el de las energías renovables

Para estas compañías está claro que la energía no convencional es el próximo ''boom'' y, al igual que las firmas más rentables de la historia, están dispuestas a gastar sumas astronómicas para asegurar que continúan siendo rentables. “Sin un esfuerzo que diseñe políticas concertadas” que favorezcan el desarrollo de las renovables, advierte Gordon en el Carnegie, las inversiones futuras en el campo energético “probablemente seguirán fluyendo de forma desproporcionada hacia el petróleo no convencional”Es decir, habrá una preferencia institucional cada vez más pronunciada entre las empresas energéticas, los bancos, las agencias crediticias y los gobiernos por la producción de combustibles fósiles de próxima generación, lo que aumentará la dificultad para establecer frenos nacionales e internacionales a las emisiones de carbono. Esto se hace evidente, por ejemplo, en el constante apoyo de la administración Obama a las perforaciones en mares profundos y al desarrollo del gas pizarra, a pesar de su pretendido ''compromiso'' con la reducción de las emisiones de carbono. Es igualmente evidente en el creciente interés internacional por el desarrollo de las reservas de petróleos pesados y esquistos bituminosos mientras van recortándose las inversiones en energías renovables.

Al igual que en los campos económico y medioambiental, la transición del petróleo y gas convencional al no convencional tendrá un impacto considerable, en gran medida todavía sin definir, en los asuntos políticos y militares. Las compañías estadounidenses y canadienses están jugando un papel decisivo en el desarrollo de muchas de las nuevas tecnologías a aplicar a los combustibles no convencionales; además, algunas de las reservas de gas y petróleo no convencionales del mundo están situadas en América del Norte. Todo esto sirve para reforzar el poder global de EEUU a expensas de otros productores energéticos mundiales como Rusia y Venezuela, que se enfrentan a la creciente competición de las compañías norteamericanas y de estados importadores de energía como China y la India, que carecen de recursos y tecnología para producir combustibles no convencionales

Al mismo tiempo, Washington parece inclinarse más por contrarrestar el ascenso de China a través del dominio sobre las rutas marítimas globales y de reforzar sus lazos militares con aliados regionales como Australia, India, Japón, Filipinas y Corea del Sur. Muchos factores son los que están contribuyendo a este cambio estratégico, pero, por sus declaraciones, está bastante claro que los altos funcionarios estadounidenses lo consideran en gran medida una consecuencia de la creciente autosuficiencia de EEUU en la producción energética y su precoz dominio de las tecnologías de última generación. “La nueva postura energética de EEUU nos permite enfrentar [el mundo] desde una posición de mayor fortaleza”, afirmó el asesor de seguridad nacional Tom Donilon en un discurso pronunciado en abril en la Universidad de Columbia. “Aumentar los suministros de energía estadounidense sirve de amortiguador para reducir nuestra vulnerabilidad ante las interrupciones del suministro global y nos permite presentar un pulso más firme en la búsqueda e implementación de nuestros objetivos internacionales de seguridad”. Aquí aclaremos que con ''objetivos internacionales de seguridad'', a lo que se hace referencia realmente es a ''objetivos internacionales de dominio imperial''

Mientras tanto, los dirigentes de EEUU pueden permitirse alardear de su “pulso más firme” en los asuntos mundiales porque ningún otro país posee las capacidades para explotar recursos no convencionales a tan gran escala. Sin embargo, al tratar de obtener beneficios geopolíticos de la creciente dependencia mundial de esos combustibles, Washington está invitando inevitablemente a que los demás contraataquen de diversas formas. Las potencias rivales, incrementarán sus capacidades para resistir frente al poder estadounidense; una tendencia ya evidente en la acelerada construcción naval y de misiles de ChinaAl mismo tiempo, otros Estados tratarán de desarrollar su propia capacidad para explotar recursos no convencionales mediante lo que podría considerarse una versión de la carrera armamentística en el terreno de los combustibles fósiles. Esto necesitará de considerables esfuerzos, pero esos recursos están ampliamente distribuidos por el planeta y, con el tiempo, aparecerán seguro otros productores importantes de combustibles no convencionales que desafiarán la ventaja de EEUU en este campo (incluso aumentando la resistencia y destructividad global de la tercera era del carbono). Tarde o temprano, gran parte de las relaciones internacionales girarán alrededor de estas cuestiones.

Sobreviviendo a la tercera era del carbono

A menos que se produzcan cambios inesperados en las políticas y conductas globales, el mundo va a depender cada vez más de la explotación de energías no convencionales. Esto, a su vez, implica el incremento en la acumulación de gases invernadero y muy pocas posibilidades de evitar el comienzo de catastróficos efectos climáticos . Sí, también seremos testigos del progreso en el desarrollo e instalación de formas renovables de energía, pero estás jugarán un papel subordinado frente al desarrollo del petróleo y gas no convencionales.

La vida no va a ser muy satisfactoria en la tercera era del carbono. Quienes confían en los combustibles fósiles para el transporte, la calefacción y usos similares quizá puedan consolarse con el hecho de que el petróleo y el gas natural no se van a agotar pronto, como muchos analistas de la energía predijeron en los primeros años de este siglo. Los bancos, las corporaciones de la energía y otros intereses económicos amasarán sin duda asombrosos beneficios de la explosiva expansión de las empresas dedicadas al petróleo no convencional y de los aumentos globales en el consumo de esos combustibles. Pero la mayoría de nosotros no vamos a sentir recompensa alguna. Bien al contrario. Tendremos que experimentar el malestar y sufrimiento que acompañan al calentamiento del planeta, la escasez de los disputados suministros del agua en muchas regiones y el destripamiento del paisaje natural.

¿Qué puede hacerse para acortar la tercera era del carbono y evitar lo peor de sus consecuencias? Exigir mayores inversiones en energía renovable es esencial pero insuficiente en un momento en que las potencias mundiales actuales están haciendo hincapié en el desarrollo de los combustibles no convencionales. Hacer campaña para frenar las emisiones de carbono es necesario, pero será indudablemente problemático, dada la inclinación cada vez más profunda de las instituciones hacia la energía no convencional. Además de esos esfuerzos, es necesario impulsar la divulgación de las peculiaridades y peligros de la energía no convencional y demonizar a quienes deciden invertir en esos combustibles en vez de en energías alternativas. En ese sentido, ya están en marcha diversos esfuerzos, incluidas las campañas iniciadas por estudiantes en EEUU para persuadir u obligar a los administradores universitarios a que desinviertan cualquier aportación a las empresas de combustibles fósiles. Sin embargo, esos esfuerzos son muy poca cosa aún para identificar y resistir frente a los responsables de nuestra creciente dependencia de los combustibles no convencionales.

A pesar de toda la charla del Presidente Obama sobre la revolución de la tecnología verde, seguimos profundamente atrincherados en un mundo dominado por los combustibles fósiles, y la única revolución verdadera que hay ahora en marcha implica el cambio de un tipo de esos combustibles fósiles a otro. Sin duda que es la fórmula ideal para la catástrofe global. Para poder sobrevivir a esta era, la humanidad debe ser muy consciente de las implicaciones de este nuevo tipo de energía y después dar los pasos necesarios para comprimir la tercera era del carbono y acelerar la Era de las Renovables antes de que nos extingamos a nosotros mismos de este planeta.

El gran secreto: regasificadora en Puntas de Sayago


Aratirí no representa solamente saqueo y despojo, es además, la cruda y dramática amenaza de un auténtico genocidio urbano generado en las condiciones absolutamente inapropiadas en que se pretende instalar en Puntas de Sayago una base operativa costera de regasificación para abastecer de energía a la empresa minera. De no detener estos funestos proyectos que pretenden instalarse en Uruguay, además de los dos puertos en Rocha, se estará atentando contra el derecho humano más fundamental: el derecho a la vida. 

Los cráteres “lunares” que dejaría el vaciamiento de hierro de nuestro territorio en 10 o 15 años, de prosperar Aratirí, lucirían en el futuro paisaje oriental, como la señal clara y vergonzante dejada por el sometimiento al capital multinacional deseoso de adueñarse total y definitivamente de los recursos naturales de toda América Latina.  Pero para que prospere y funcione realmente la minería a cielo abierto, los riesgos para los uruguayos no se restringen al aspecto económico del saqueo, ya en marcha a través de incursiones expropiatorias/depredatorias como UPM (ex Botnia), Montes del Plata, la mega forestación, la mega sojización, los “súper puertos”, las zonas francas y otras mega aberraciones “inversionistas” en curso, publicitadas oficialmente como piezas clave de un cacareado “Uruguay Productivo”, impulsado realmente desde el último período dictatorial, y desarrollado y “mejorado” por todos los gobiernos “democráticos” que sucedieron al “proceso cívico-militar” hasta hoy

No siendo lo más grave desde el punto de vista de la integridad humana, conviene destacarlo: la regasificadora significa una inversión “solidaria” con la multinacional Aratirí del Estado uruguayo de no menos de 2.500 millones de dólares, que a la cotización actual de esta moneda, equivale a los costos de prácticamente todas las viviendas dignas socialmente necesarias al presente, o a unos 240 liceos de 10.000 metros cuadrados cada uno. Buena parte de quienes defienden a Aratirí y su regasificadora desde el gobierno y los partidos tradicionales, mienten, directamente falseando las cifras de lo que le costaría al Estado uruguayo la regasificadora, pero además, y lo más grave, manejan irresponsablemente, subestimando a la gente, los datos sobre su ubicación y las condiciones de su funcionamiento respecto a la seguridad ciudadana

Las organizaciones sociales de defensa de la tierra y los recursos naturales de todo nuestro territorio literalmente ocupado por el capital y no solamente las coordinaciones barriales del oeste montevideano como se dice por ahí, tenemos ante sí el desafío de encarar urgentemente una estrategia de freno categórico a este emprendimiento oficial-privado, que para nada responde a una estrategia de modificación de la matríz energética o productiva del país, sino a una estrategia de vaciamiento de materias primas autóctonas, a un al precio de eventuales y nada inimaginables crímenes colectivos perfectamente calificables como delitos de lesa humanidad, que se consumarían a plena conciencia y mediante el engaño y una hipócrita prédica de “progreso” y “desarrollo nacional” que no contempla la vida humana en riesgos múltiples e impactos socio-culturales altamente negativos

Aratirí no es sólo robo extractivista disfrazado; es también, una angustiante amenaza sobre la vida colectiva de vastísimas zonas capitalinas (desde La Teja hasta Pajas Blancas, por lo menos) que deberían pasar por el trance de vivir temiendo permanentemente la nada fantasiosa eventualidad de sucumbir masivamente a consecuencia de posibles explosiones de buques metaneros o “accidentes” semejantes (*), por más que algunos pretendan calificar esta visión de ''tremendismo radical'' o ''bochinche ambientalista'' y traten de desmentir esta denuncia falseando los datos de la realidad que surgen de los mismos números expuestos oficialmente, aunque se los tergiverse a la hora de sumar, restar y multiplicar como puede hacerlo correctamente hasta un escolar. Aratirí es la alarmante amenaza que muy poca gente conoce (o no quiere conocer) y casi nadie denuncia, de una regasificadora ideada, impulsada y co-financiada por el estado uruguayo y GDF Suez (multinacional francesa) para proveer de energía a dicha empresa minera, dedicada a la especulación financiera y un extractivismo feroz que no se limita al hierro, sino a otros metales de carácter estratégico internacional. 

Tal y como están dispuestas la ubicación y la actividad de la proyectada y ya aprobada regasificadora de Puntas de Sayago, en estrechísimo contacto con una enorme masa demográfica urbana y semiurbana, no solamente cráteres símbolos de la dependencia serían la paga de los saqueadores metalíferos: uno o más de los gigantescos buques metaneros con los cuales se realizaría la introducción al país del gas natural licuado importado para Aratirí, de accidentarse y explotar, lo haría con un radio de expansión de no menos de 10 kilómetros, pudiendo alcanzar los 40 kilómetros y más también, con efectos que representarían un seguro y auténtico genocidio urbano, claramente previsible, máxime teniéndose en cuenta la escasa distancia que existiría entre la regasificadora y sus buques de trasiego y la planta de refinería de ancap, ya de por sí altamente riesgosa en la actualidad, ubicada en la periferia costera del barrio La Teja y Pueblo Victoria.

La zona

Se trata de una zona que comprende varios barrios tumultuosamente habitados, en muchos casos por gente en situación laboral inestable y de ingresos muy por debajo del valor de la canasta básica familiar o directamente, desocupada y sobreviviendo en forma decididamente paupérrima, dependiendo su alimentación básica del asistencialismo estatal, de la flaca jubilación de algunos abuelos o directamente de la mendicidad pública. Podemos hablar de decenas de miles de familias trabajadoras con un porcentaje de integrantes menores de edad y muy jóvenes que contrasta con el porcentaje de esta misma franja etárea a escala nacional. Al menos en los barrios Casabó, Nuevo Casabó, La vía, Bajo Valencia, Santa Catalina y Punta Yeguas, que siguen creciendo vertiginosamente, casi el 60 % de su población no ha cumplido la mayoría de edad o la ha cumplido no hace mucho tiempo. Lo mismo ocurre más hacia afuera (Tres Ombúes, La Ruta, Cadorna y Nuevo Cadorna, etc.), por lo que tenemos entendido. 

Destaca, también, la enorme cantidad de mujeres muy jóvenes, casi niñas aun en muchos casos, con hijos y sin pareja que colaboran en el sustento del hogar. Su mantenimiento depende, en gran medida, de agotadoras labores domésticas en Pocitos, Punta Carretas, Punta Gorda y Carrasco, con cuatro horas de ómnibus ida y vuelta, o de empleos de cajeras o reponedoras de supermercados, con salarios, en ambas situaciones, verdaderamente miserables, a cambio de jornadas de tremenda explotación y en condiciones legales de total precariedad y abuso patronal sin límites. 

En resumen, lo que sí se sabe fehacientemente (y quien desee verificarlo puede hacerlo tomándose el ómnibus 124 desde la Ciudad Vieja hasta Santa Catalina) es que esta zona, con muchos predios fiscales o municipales tomados masivamente, ha sido literalmente invadida desde la última década del siglo pasado por una impresionante multitud de familias imposibilitadas de sostener el pago de alquileres o cuotas del Banco Hipotecario del Uruguay (BHU) e impelidas a ocupar para autoconstruir precarias viviendas en condiciones sanitarias absolutamente deficitarias y con acceso más bien “artesanal” y sumamente riesgoso a servicios tales como el suministro de energía eléctrica y agua “potable”. Ni hablemos del servicio de transporte colectivo: viajar “como sardina en lata” es, aquí, la penosa regla cotidiana pagándose dos o cuatro boletos que cuestan exactamente un dólar o un dólar y medio cada uno. 

Esta amplísima zona capitalina es la que aparece como inmediatamente amenazada por la regasificadora de Aratirí, que trata de dividir a los vecinos a través de la fantasmal empresa mixta Gas Sayago, hablándoles de fantásticas “fuentes de trabajo”, “buenos realojos”, e incluso, alguna “comisioncita” por callarse la boca y mirar para el costado, aunque esto suponga perjudicarse y perjudicar a sus propias familias. 

En algunos de estos barrios, que forman parte de una gran área concebida como estratégica militarmente desde los EE.UU. (por eso fue el traslado de la llamada Armada Nacional de la Aduana a Santa Catalina), se pretende “llenar el ojo” construyendo velozmente algunos edificios escolares y de enseñanza técnica, como así también entubando algunas cañadas nauseabundas y tirando balasto en algunos pasajes peatonales intransitables. 

Mientras tanto...

Ya se han dado pasos de vecinos organizados reclamando informes oficiales claros acerca de todo esto y previéndose acciones judiciales de amparo, que bien podrían multiplicarse en por todo Montevideo coordinadamente o inclusive desde lo barrial-social o sindical, en la medida que la regasificadora es un peligro cierto que no solamente afecta a la población del Oeste de la capital, sino a toda ella. 

Lo indagado hasta el momento acerca de cómo se ha venido fraguando este proyecto en la esfera gubernamental, sugiere irregularidades de todo tipo y la contravención de normas internacionales muy claras de seguridad, además del desconocimiento de derechos ciudadanos imposibles de disimular por intermitentes y silenciosas convocatorias de ''consulta popular'' que no hacen otra cosa que poner en evidencia que estos planes tenebrosos de expoliación, depredación y agresión al pueblo trabajador y la soberanía nacional, se desenvuelven en medio del ocultamiento de información, los rumores tendentes a atemorizar y dividir a los vecinos y a pintar cualquier resistencia popular a ellos como arrebatos de “ultras” y “energúmenos” opuestos al ''progreso'', el ''desarrollo'' y la creación de nuevas ''fuentes de trabajo''

Mientras tanto, una enorme grúa trabaja el día entero en Puntas de Sayago, siendo imposible acceder al lugar para constatar qué se está haciendo en concreto, debido a que destacamentos militares de la Aarmada Nacional impiden el acercamiento civil, so pena de ser detenido quien insista en saber directamente qué se está urdiendo a espaldas de la gente y como si todo se tratara de un “secreto militar inexpugnable”

(*) Lo siguiente es bien ilustrativo sobre los riesgos previsibles 

“'Solo Local info', periodismo digital de Bahía Blanca (Argentina): Escrito por Vecinos Autoconvocados de Escobar, martes 14 de junio de 2013: 

(Notas de Usuarios) - El 8 de mayo un nuevo accidente con Gas Natural Licuado ocurrió cerca de la ciudad de México. El trágico siniestro producido por la colisión de un camión cisterna provocó la muerte de 23 personas y 40 heridos. Afectó un radio de 500 metros a la redonda causando la destrucción de decenas de viviendas y afectó a un centro educativo. Cada buque metanero que navega el Río de La Plata y el Paraná de Las Palmas hasta Escobar, transporta 2500 veces más de carga, al igual que los que ingresan al puerto de Bahía Blanca. Los barcos fábrica de almacenamiento/regasificación (FSRU) son instalaciones que deben ser localizadas en alta mar (offshore) y donde también debe realizarse el proceso barco a barco que implica la transferencia de GNL desde el metanero (o transportador) hacia el regasificador (o fábrica), conforme la normativa europea de seguridad de GNL 'Instalaciones y equipos de gas natural licuado', para una vez vuelto al estado gaseoso ser transportado por gasoductos submarinos hacia tierra para el abastecimiento local. Sin embargo en Argentina las operaciones se realizan en el Km 74 del Río Paraná de Las Palmas a 300 km de alta mar y en el polo petroquímico de Bahía Blanca, comprometiendo permanentemente la seguridad de millones de argentinos, como puede verse en la primera parte y segunda parte de un video realizado en Escobar. 

Recientemente, por otra parte, el ex secretario de Energía de la Nación argentina, Emilio Apud, advirtió: 'Las instalaciones de Gas Natural Licuado (GNL) ubicadas en Bahía Blanca y Escobar no son aceptadas por muchas compañías del exterior, al no reunir las condiciones de seguridad establecidas en las normas internacionales'. British Gas posee la flota de metaneros más grande del mundo y plantas regasificadoras en varias partes del planeta, y prohibe el `ship to ship' o transferencia de Gas líquido de un barco a otro barco, como se realiza en Bahía Blanca y Escobar. 

El especialista dijo en esta nota que las normas internacionales vigentes establecen también ciertas distancias a los lugares poblados o de actividad económica. Dijo que para el caso de ignición de un derrame de GNL en el agua, se aconseja estar alejados a una distancia de 9 kilómetros a la redonda de lugares habitados, mientras que para una emergencia con riesgo de explosión del buque metanero, se exige una salida rápida hacia alta mar ya que la onda puede afectar de distinta manera hasta un radio de 40 kilómetros. Puede afectar en consecuencia una superficie 25 veces superior a la de la Capital Federal. 

Apud puntualizó que aún hoy no deja de llamarle la atención la instalación de un buque regasificador en Escobar, proyecto que exigió la modificación del Código Urbano municipal y se debieron hacer excepciones a las reglas de navegación y seguridad. 'Hay un montón de cosas que me hacen pensar que primó el interés de algunos de acceder rápidamente al negocio de la importación, que es muy importante porque cada barco significa 45 millones de dólares en gas. Las urgencias y las improvisaciones benefician a unos pocos vivos que están en el negocio de la comercialización y del transporte'''.

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